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jueves, 4 de abril de 2013

Algunos Versos- Autopsicografía-Abdicación-Serena Voz imperfecta-Esto-Consejo-Fernando Pessoa-Biografía de Fernando Pessoa-

Fernando Pessoa
Algunos versos

Biografía


Autopsicografía



El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que llega a fingir que es dolor
el dolor que de veras siente.
Y los que leen lo que escribe,
en el dolor leído sienten bien,
no los dos que él tuvo
mas sólo el que ellos no tienen.
Y así en los raíles
gira, entreteniendo la razón,
ese tren de cuerda
que se llama el corazón.

Abdicación

Tómame, oh noche eterna, en tus brazos
y llámame hijo. Yo soy un rey
que voluntariamente abandoné
mi trono de ensueños y cansancios.
Mi espada, pesada en brazos flojos,
a manos viriles y calmas entregué;
y mi cetro y corona—yo los dejé
en la antecámara, hechos pedazos.
Mi cota de malla, tan inútil,
mis espuelas, de un tintineo tan fútil,
las dejé por la fría escalinata.
Desvestí la realeza, cuerpo y alma,
y regresé a la noche antigua y serena
como el paisaje al morir el día.

Serena voz imperfecta


Serena voz imperfecta, elegida
para hablar a los dioses muertos—
la ventana que falta a tu palacio da
para el Puerto todos los puertos.
Chispa de la idea de una voz sonando
lirios en las manos de las princesas soñadas,
yo soy la marea de pensarte, orlando
la Ensenada todas las ensenadas.
Brumas marinas esquinas del sueño...
Ventanas dando al Tedio los charcos...
Y yo miro a mi Fin que me mira, tristón,
desde la cubierta del Barco todos los barcos...


Súbita mano de algún fantasma oculto...

 
Súbita mano de algún fantasma oculto
entre los pliegues de la noche y de mi sueño
me sacude y yo despierto, y en el abandono
de la noche no diviso gesto ni bulto.
Pero un terror antiguo, que insepulto
traigo en el corazón, como de un trono
baja y se afirma mi señor y dueño
sin orden, sin meneo y sin insulto.
Y yo siento mi vida de repente
presa por una cuerda de Inconsciente
a cualquier mano nocturna que me guía.
Siento que soy nadie salvo una sombra
de un bulto que no veo y que me asombra,
y en nada existo como la tiniebla fría.

Me da lástima de las estrellas...

Me da lástima de las estrellas
luciendo hace tanto tiempo,
hace tanto tiempo...
Me da lástima de ellas.
¿No habrá un cansancio
de las cosas,
de todas las cosas,
como de las piernas o de un brazo?
Un cansancio de existir,
de ser,
sólo de ser,
el ser triste brillar o sonreír...
¿No habrá, en fin,
para las cosas que son,
no la muerte, mas sí
otra suerte de fin,
o una gran razón—
cualquier cosa así
como un perdón?

Esto


Dicen que finjo o miento
todo lo que escribo. No.
Yo simplemente siento
con la imaginación.
No uso el corazón.
Todo lo que sueño o vivo,
lo que me falla o termina,
es como una terraza
sobre otra cosa aún.
Esa cosa es la que es bella.
Por eso escribo en medio
de lo que no está cerca,
libre de mi titubeo,
serio de lo que no es.
¿Sentir? ¡Sienta quien lee!

Consejo 
Cerca con grandes muros aquél que te sueñas.
Después, donde es visible el jardín
a través del portón de reja adecuada,
pon las flores que sean las más risueñas,
para que te conozcan sólo así.
Donde nadie lo vea no pongas nada.
Haz macizos como los que otros tienen,
donde las miradas puedan entrever
tu jardín tal como se lo vas a mostrar.
Pero donde es tuyo, y nunca lo ve nadie,
deja las flores que vienen del suelo crecer
y deja las hierbas naturales medrar.
Haz de ti mismo un doble ser guardado;
y que nadie, que vea y mire, pueda
saber de ti más de lo que sabe un jardín—
un jardín mostrable y reservado,
por detrás del cual la flor nativa roza
la hierba tan pobre que ni tú la ves...

Hay dolencias peores que las dolencias 

Hay dolencias peores que las dolencias,
hay dolores que no duelen, ni en el alma
pero que son dolorosos más que los otros.
Hay angustias soñadas más reales
que las que la vida nos trae, hay sensaciones
sentidas sólo con imaginarlas
que son más nuestras que la misma vida.
Hay tantas cosas que, sin existir,
existen, existen demoradamente,
y demoradamente son nuestras y nosotros...
Por sobre el verde turbio del ancho río
los circunflejos blancos de las gaviotas...
Por sobre el alma el aleteo inútil
de lo que no fue, ni puede ser, y es todo.
Dame más vino, porque la vida es nada.

Tu voz habla amorosa...

Tu voz habla amorosa...
Tan tierna habla que me olvido
de que es falsa su blanda prosa.
Mi corazón desentristece.
Sí, así como la música sugiere
lo que en la música no está,
mi corazón nada más quiere
que la melodía que en ti hay...
¿Amarme? ¿Quién lo creería? Habla
con la misma voz que nada dice
si eres una música que arrulla.
Yo oigo, ignoro, y soy feliz.
Ni hay felicidad falsa,
mientras dura es verdadera.
¿Qué importa lo que la verdad exalta
si soy feliz de esta manera?

No quiero rosas, con tal que haya rosas 
No quiero rosas, con tal que haya rosas.
Las quiero sólo cuando no las pueda haber.
¿Qué voy a hacer con las cosas
que cualquier mano puede coger?
No quiero la noche sino cuando la aurora
la hizo diluirse en oro y azul.
Lo que mi alma ignora
eso es lo que quiero poseer.
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría
versos para decir que aún no lo sé.
Tengo el alma pobre y fría...
Ah, ¿con qué limosna la calentaré?...







Fernando Pessoa

  • Nace:13 de junio de 1888
  • Lugar:Lisboa,Portugal
  • Efemérides: 13 de junio

  • Muere:30 de noviembre de 1935
  • Lugar: Lisboa,Portugal
  • Efemérides:30 de noviembre

Biografía

El poeta portugués Fernando Antonio Nogueira Pessoa nació el 13 de junio del año 1888 en Lisboa (Portugal).
Tras el fallecimiento a causa de la tuberculosis de su padre Joaquim, quien trabajaba como funcionario del Ministerio de Justicia y era crítico de música, el joven Pessoa vivió desde el año 1896 en una localidad de Sudáfrica llamada Durban, ya que su viuda madre, Maria Madalena Nogueira, se había casado en segundas nupcias con Joao Miguel Rosa, el cónsul portugués en la citada ciudad sudafricana.
Pasó su infancia y juventud en la República de Sudáfrica e inició estudios de derecho en la Universidad de El Cabo, y regresó a Lisboa en 1905, en donde comenzó a estudiar Letras, carrera que abandonó a los dos años para trabajar como traductor.
Inició su obra literaria en inglés, aunque a partir de 1908 creció su interés por la lengua portuguesa.
Su obra es una de las más originales de la literatura portuguesa y fue, junto con Sá Carneiro, uno de los introductores en su país de los movimientos de vanguardia.
A partir de 1914 proyectó su obra sobre tres heterónimos: Ricardo Reis, Álvaro de Campos y Alberto Caeiro, para quienes inventó personalidades divergentes y estilos literarios distintos. Frente a la espontaneidad expresiva y sensual de Caeiro, Ricardo Reis trabaja minuciosamente la sintaxis y el léxico, inspirándose en los arcadistas del siglo XVIII. Álvaro de Campos evoluciona desde una estética próxima a la de Whitman hasta unas preocupaciones metafísicas en la tarea de explicar la vida desde una perspectiva racional.
Sobre estos desdoblamientos del poeta en varias personalidades, se reflejan sus distintos yos conflictivos, y elabora su propia obra poética, a veces experimental, una de las más importantes del siglo XX y que en su mayor parte permaneció inédita hasta su muerte.
Su poesía, que supone un intento por superar la dualidad entre razón y vida, fue recogida en los volúmenes Obras completas: I. Poesías, 1942, de Fernando Pessoa; II. Poesías, 1944, de Álvaro de Campos; III. Poemas, 1946, de Alberto Caeiro; IV.Odas,1946, de Ricardo Reis; V. Mensagem, 1945; VI.Poemas dramáticos; VII. y VIII. Poesías inéditas, 1955-1956.
Respecto a su vida sentimental, Pessoa conoció en 1920 a Ophelia Queiroz, con quien inició una relación amorosa que terminó en el año 1931.
Su estilo literario se enmarca dentro del movimiento modernista, escribiendo tanto en inglés como en portugués, y destacando por la utilización de heterónimos con el afán de inculcar a sus textos diferentes perspectivas y estilos, empleando para ello personalidades ficticias e independientes como Bernardo Soares, Chevalier de Pas, Alexander Search, Alberto Caeiro, Alvaro de Campos o Ricardo Reis, con los que desarrolla variados enfoques de su talento literario.
Cultivó la poesía y el ensayo, escribiendo la colección de poemas "Mensaje" (1934), su único libro publicado cuando estaba con vida al margen de sus escritos en las revistas citadas.
También su pluma legó "Ultimatum" (1917), una obra en la cual se dedicaba a comentar el trabajo de algunos famosos literatos europeos.
Su obra ensayística ha sido recogida en Páginas íntimas de autointerpretación (1966), Páginas de estética y de teoría y crítica literarias (1967) y Textos filosóficos (1968).
En 1982 apareció Libro del desasosiego, compendio de apuntes, aforismos, divagaciones y fragmentos del diario que dejó al morir.
Fue su título más popular, una novela inacabada escrita en forma de diario que fue publicada después de su muerte.
Pessoa falleció en Lisboa el 30 de noviembre de 1935. Tenía 47 años.