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martes, 7 de junio de 2011

Las Fábulas de Esopo- Antiguas contundentes verdades


Las Fábulas de Esopo
Antiguas  contundentes verdades


Fábula
Las ranas pidiendo rey

Cansadas las ranas del propio desorden y anarquía en que vivían, mandaron una delegación a Zeus para que les enviara un rey.
Zeus, atendiendo su petición, les envió un grueso leño a su charca.
Espantadas las ranas por el ruido que hizo el leño al caer, se escondieron donde mejor pudieron. 
Por fin, viendo que el leño no se movía más, fueron saliendo a la superficie y dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir tan grande desprecio por el nuevo rey, que brincaban sobre él y se le sentaban encima, burlándose sin descanso.

Y así, sintiéndose humilladas por tener de monarca  a un simple madero, volvieron donde Zeus, pidiéndole que les cambiara al rey, pues éste era demasiado tranquilo.
Indignado Zeus, les mandó una activa serpiente de agua que, una a una, las atrapó y devoró a todas sin compasión.
A la hora de elegir los gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo y honesto, en vez de a uno muy emprendedor pero malvado o corrupto.


Fábula

El perro y la almeja.

Un perro de esos acostumbrados a comer huevos, al ver una almeja, no lo pensó dos veces, y creyendo que se trataba de un huevo, se la tragó inmediatamente. 
Desgarradas luego sus entrañas, se sintió muy mal y se dijo:
 - Bien merecido lo tengo, por creer que todo lo que veo redondo son huevos.

Nunca tomes un asunto sin antes reflexionar, para no entrar luego en extrañas dificultades.


Fábula
El león y el asno presuntuoso.

De nuevo se hicieron amigos el ingenuo asno y el león para salir de caza.
Llegaron a una cueva donde se refugiaban unas cabras monteses, y el león se quedó a guardar la salida, mientras el asno ingresaba a la cueva coceando y rebuznando, para hacer salir a las cabras.

Una vez terminada la acción, salió el asno de la cueva y le preguntó si no le había parecido excelente su actuación al haber luchado con tanta bravura para expulsar a las cabras.

- ¡Oh sí, soberbia -- repuso el león-que hasta yo mismo me hubiera asustado si no supiera de quien se trataba!

Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen

Fábula
La zorra y el espino

Una zorra saltaba sobre unos montículos,
y estuvo de pronto a punto de caerse.
Y para evitar la caída, se agarró a un espino,
pero sus púas le hirieron las patas, y sintiendo el dolor que ellas le producían,
le dijo al espino

- ¡ Acudí a ti por tu ayuda, y más bien me has herido. !
A lo que respondió el espino:
- ¡Tú tienes la culpa, amiga, por agarrarte a mí, bien sabes lo bueno que soy para enganchar y herir a todo el mundo, y tú no eres la excepción!

Nunca pidas ayuda a quien acostumbra a hacer el daño.




FÁBULA
La corneja y el cuervo.

Sentía una corneja celos contra los cuervos porque éstos dan presagios a los hombres, prediciéndoles el futuro, y por esta razón los toman como testigos.
 Quiso la corneja poseer las mismas cualidades.
Viendo pasar a unos viajeros se posó en un árbol, lanzándoles espantosos gritos. 
Al oír aquel estruendo, los viajeros retrocedieron espantados, excepto uno de ellos, que dijo a los demás:
- Eh, amigos, tranquilos; esa ave es solamente una corneja. Sus gritos no son de presagios.-
Cuando vanidosamente y sin tener capacidades, se quiere rivalizar con los más preparados, no sólo no se les iguala, sino que además se queda en ridículo.

domingo, 5 de junio de 2011

La buena tiniebla-Preliminar del miedo- Las primeras miradas-Mario Benedetti

La buena tiniebla-Preliminar del miedo-Las primeras miradas
Mario Benedetti

La buena tiniebla

Una mujer desnuda y en lo oscuro

genera un resplandor que da confianza

de modo que si sobreviene

un apagón o un desconsuelo

es conveniente y hasta imprescindible

tener a mano una mujer desnuda

entonces las paredes se acuarelan

el cielo raso se convierte en cielo

las telarañas vibran en su ángulo

los almanaques dominguean

y los ojos felices y felinos

miran y no se cansan de mirar.

una mujer desnuda y en lo oscuro

una mujer querida o a querer

exorciza por una vez la muerte.

 

Preliminar del miedo

Por sobre las terrazas alunadas

donde se aman cautelosamente los gatos

y los brillos esquivan las chimeneas

creo que nadie sabe lo que yo sé esta noche

algo aprendido a pedacitos y a pulsaciones

y que integra mi pánico tradicional modesto
  
¿cómo desmenuzar plácidamente el miedo

comprender por fin que no es una excusa

sino un escalofrío parecido al disfrute

sólo que amarguísimo y si atenuantes?

los suicidas no tienen problemas al respecto

deciden derrotarse y a veces lo consiguen

entran en el miedo como en una piragua

sin remos y con rumbo de cascada

son los descubridores del alivio

pero la paz les dura una milésima

tampoco los homicidas se preocupan mucho

limitan el miedo a una coyuntura

desenvainan la furia o aprietan el gatillo

y todo queda así simplificado y yerto

pero los demás o sea los que venimos

tironeados por la maravilla

y perseguidos por el horror

los demás o sea los compinches de la duda

los candorosos los irresponsables

los violentos pero no tanto

los tranquilos pero no mucho

los deportados de la buena fe

los necesitados de alegría

los ambulantes y los turbados

los omisos de la vanguardia

los atrasados de la vislumbre

ésos qué haremos con el mundo

sino asediarlo a escaramuzas

desmenuzarlo con las uñas

extinguirlo con el resuello

desmantelarlo a mordiscones

hacerlo trizas con la mirada

dar cuenta de él con el amor

estrangularlo.


Las primeras miradas

Nadie sabe en qué noche de octubre solitario,

de fatigados duendes que ya no ocurren,

puede inmolarse la perdida infancia

junto a recuerdos que se están haciendo.

Qué sorpresa sufrirse una vez desolado,

escuchar cómo tiembla el coraje en las sienes,

en el pecho, en los muslos impacientes

sentir cómo los labios se desprenden

de verbos maravillosos y descuidados,

de cifras defendidas en el aire muerto,

y cómo otras palabras, nuevas, endurecidas

y desde ya cansadas se conjuran

para impedirnos el único fantasma de veras.

Cómo encontrar un sitio con los primeros ojos,

un sitio donde asir la larga soledad

con los primeros ojos, sin gastar

las primeras miradas,

y si quedan maltrechas de significados,

de cáscara de ideales, de purezas inmundas,

cómo encontrar un río con los primeros pasos,

un río -para lavarlos- que las lleve.


lunes, 4 de abril de 2011

XVII Del ideal de la belleza-Immanuel Kant

XVII Del ideal de la belleza
(Immanuel Kant)

No puede haber regla objetiva del gusto
que determine por medio de conceptos lo que es bello;
porque todo juicio derivado de esta fuente es estético,
es decir, que tiene un principio determinante en el sentimiento
del sujeto, y no en el concepto de un objeto

Brittany Murphy
También este prototipo del gusto que descansa
seguramente sobre la idea indeterminada
que nos da la razón de un máximum,
pero que no puede ser representado
más que por conceptos,no siendo más
que una exhibición particular,
debe con propiedad llamarse ideal de lo bello.

Briggitte Bardot

Hay que notar que de un modo del todo incomprensible
para nosotros, la imaginación, no solo tiene el poder
de recordar en un momento dado y aun después
de largo tiempo, los signos de los conceptos,
sino también el de reproducir la imagen
y la forma de un objeto en medio
de un número indecible de objetos de especies diferentes,
o de la misma especie.
Alain Delon
Ahora bien; cuando el espíritu
quiere establecer comparaciones,
la imaginación, según toda verosimilitud,
aunque la conciencia no se halle suficientemente
advertida de ello,atrae las imágenes unas sobre otras,
y por medio de este conjunto de muchas imágenes
de la misma especie, suministra una,
proporcional, que sirve de medida común.


Leonardo Di Caprio

La imagen que aparece entre todas las intuiciones particulares y diversamente varias de los individuos,
y que la naturaleza ha tomado por tipo de sus producciones en esta especie, pero que no parece
que toque a ningún individuo.
Esto no es todo el prototipo de la belleza en esta especie, sino solamente la forma
que constituye la condición indispensable de toda belleza, y por consiguiente,la exactitud solamente en la manifestación de la especie.


Witney Houston

Es necesario distinguir la idea normal de lo bello,del ideal de lo bello, lo que no se puede conseguir
más que en la figura humana por las razones ya expuestas .
Es necesario que las ideas puras de la razón y una gran fuerza de imaginación se unan
en el que quiere juzgar acerca de esto,y con mayor razón en el que quiere manifestarlo.

Hsu Chi
La inexactitud de semejante ideal de belleza se revela por esta señal: que no permite
que en la satisfacción que nos proporciona,se mezclen los atractivos sensibles, y que, sin embargo, excita un gran interés;lo que nos dice que el juicio que se rige por esta medida, no puede nunca ser estético,
y que el juicio formado conforme a un ideal de belleza,no es un juicio puro del gusto.